Mick Harvey

Una noche, hace varios meses atrás, apareció un amigo en casa con una caja en la mano y me dijo: "mirá, me tengo que deshacer de todos estos discos, por lo menos hasta que la olvide, y no sabía en dónde dejarlos, y ni loco los vendo. Di muchas vueltas...hasta que me acordé de tus cuidados". Y sonrió.
Habló por más de media hora de lo que significaban esos discos. Caminaba de acá para allá en mi living, nunca lo vi tan amplio como ese día. Digo, al living. A mi amigo no lo interrumpí. Me quedé admirada. Con él, años atrás, tuve una pequeña historia que respondía más a una compañía en una noche de invierno que a un amor o a una relación fogosa. Nos vimos hasta que apareció Mirna, la culpable de tal desesperación. Nos seguimos viendo, porque de vez en cuando volvían aquellas noches frías en las que ambos necesitábamos escuchar.
Volviendo a los discos, parecía que me dejaba a sus hijos. No estaba preocupado por ella y todo lo que significaba a esa edad estar solo...a él le preocupaban sus discos. Sin disimulo, yo revisaba la caja: estaba Genesis, un par de discos de tango atados con una cinta roja, Bob Dylan, Brian Wilson, y otros y otros. En un momento me habló de libros, me dijo que los había dejado en la casa de sus padres, que los libros eran más difíciles de recuperar y no sé cuántas cosas más.
Esa noche me acosté tarde, y recuerdo que dejé que él musicalizara con sus discos que ya eran míos. Armó una secuencia que fue bastante extraña, pero que me la explicó con tanto sentimiento...Primero puso a Mick Harvey haciendo un tema de un tipo llamado Bruno Adams o algo así, después puso a Pulp, me dijo que el tipo había tocado con ellos un par de veces, no se detuvo en ese detalle, y yo lo dejaba hablar, y por último puso a Nick Cave and the Bad Seeds, me contó algunas anécdotas entre silencios largos, y me dijo "bueno, de Cave qué te puedo decir que no sepas...Harvey era una de las malas semillas."
Después de haber puesto a calentar más de diez veces el café y no haber tomado ni un sorbo, apagó la hornalla, se puso la campera, y me dijo: "la verdad ni los libros, ni los discos me preocupan ahora...són sólo excusas...la verdad es que no sé dónde esconderme yo, ¿dónde me meto yo, dónde?" Recuerdo que se hablaba a sí mismo, ni me miraba, se acomodaba una y otra vez la campera, mejor dicho el cuello. "¿Dónde? ¿Dónde?" decía, "si soy yo todo el recuerdo de ella".
Me dio un beso y se fue. Cuando cerró la puerta volví a hacer la secuencia. Mick Harvey haciendo Planetarium, Pulp con Bob Lind y por último a Nick Cave and the Bad Seeds, Straight To You.