Sirius

Un tiempo atrás me decidí a recorrer lugares extraños. No tuve en cuenta que de ciertos lugares no se vuelve facilmente.
Estoy atrapada en una estrella rara que me llama la atención desde hace mucho tiempo. Sin embargo no me animé hasta hace dos semanas atrás venir a conocerla. Prendida en un cometa de esos que tanto me atrae por su repentina aparición y misteriosa destrucción.
Estoy en la estrella Sirius. Hace unos días que estoy en compañía de su único habitante, quién asegura que después del sol, Sirius es la estrella más brillante y que sin lugar a duda en el firmamento nocturno es la más resplandeciente.
Confío en lo que dice. Desde que llegue tengo puesto unos anteojos especiales que me permiten ver, de otra manera quedaría ciega.
Entre tantas cosas nuevas, el único habitante, mi único amigo, no me deja ir. Me muestra costelaciones únicas encerradas en una caja fuerte, nebulosas perdidas en un bosque extraño, cometas vencidos. Según me dice los cometas son estrellas suicidas o desterradas del cielo por haber cometido algún error, como por ejemplo querer salir de día. Ese único privilegio lo tiene el Sol, no me dijo nada más.
Mi amigo no quiere que me vaya. Por momentos pienso que yo podría vivir en Sirius, aunque también pienso que mi amigo podría venir conmigo a la tierra. Si ustedes supieran lo mucho que nos parecemos. Pero no, hay cosas que son imposibles. Cuando logre convencerlo que voy a volver a visitarlo. Vuelvo. Eso espero.